Poesía


Pruebo un manojo de rosas.
Se deshacen una a una entre mis labios sedientos.
Siento las cuatro estaciones del año en ellas.

Primavera
color, frescura, petricor.

Verano
me envuelven con su calor, no me queman
me abrazan.

Otoño
un declive lento cual vaivén de hojas movidas por el viento.

Invierno
cierro los ojos y todo es blanco, tenue, tranquilo.

¿Te das cuenta, cariño mío?
Provocas tanto en mí, solo con darme rosas.
Rosas de ti.

              Los minutos se congelan.

Abro mis ojos
me encuentro con los tuyos.
Los siento cerca.
Bajo mis pestañas
descubro un par de pétalos.
El de arriba, lo rodeo.
El de abajo, me rodea.
Y de nuevo es primavera.


“Yo quiero nacer única, perfecta e inmarcesible”.

Rosario Castellanos.

“Hallazgo”.

Distinta desde antes de nacer

el color de mi semilla, el tamaño.

Cada signo apuntalaba a que no sería común.

 

Reventé.

 

De amarillo se vistieron mis pétalos

no me sentía bien dentro de ellos.

Las otras me miraban y se sorprendían

yo no sabía la razón.

 

Los años pasaron y el Sol hizo su trabajo.

 

Radiante cual destello en cristal.

Cada pupila crece y crece al estar cerca de mí.

Por dentro

 confusión, dudas, tormentas.

Todos creen conocerme.

Todos.

Menos yo.

El viento me trajo regalos inusuales.

Primero, varios manojos de letras

posadas sobre la segunda vida de los árboles.

Devoré, me atraganté de ellos.

Giraba y giraba con el sol

mientras mis pétalos sostenían un obsequio diferente luz tras noche.

Luz

        Noche

Luz

Mi tallo encorvado sobre la hierba

mis pétalos enroscados, ya no sostienen trucos hechos.

Dentro de ellos siento otra nueva vida, pero ahora

de las aves.

Ellas me regalan a diario sus plumas, y se van

vuelan alto. Una y otra vez.

Las plumas me permiten ser

crecer, saber.

Me permiten crear.

Hago magia.

Por cada letra que plasmo

mis pétalos se vuelven brillantes

mi tallo enaltece y se hace rígido.

¿Pero por qué lo sé?

Soy tan grande, que alcanzo cada lago cerca de mí

en cada uno de ellos, miro una flor guerrera,

diferente, única.

Le digo:

    “Te amo”

Ella me responde lo mismo.

Y ambas brillamos.

Brillo.


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

MI PERSONA FAVORITA ES UN LIBRO

De números y flores

"MIL VECES HASTA SIEMPRE"